miércoles, 14 de enero de 2015

Agencia Wifginstinnin

Hace unos días volví a casa y mi madre me dijo nada más entrar que habían llamado de una agencia preguntando por mí. Al parecer, había sido "seleccionado" para participar en un curso para gente "con mis cualidades" que me llevaría a formar parte de una importante bolsa de trabajo "con muchas posibilidades". Como yo no estaba y, dijeron, era imperante hablar conmigo, prometieron llamar de nuevo a la tarde. Mi madre decía que le había llamado la atención, que debía hablar con ellos y enterarme bien de lo que ofrecían pues sonaba importante, pero, después de haber visto demasiados episodios de Equipo de Investigación, mi postura era bastante escéptica, por no decir paranoide: ¿cómo habían dado conmigo?, ¿cómo sabían quién era? Fueron preguntas que me hice al principio, pero luego caí en que hace años que mis datos personales circulan por el ciberespacio gracias a las redes sociales, la C.I.A. y a saber (aprovecho para mandar un caluroso saludo a Murray, el dicharachero agente de Langley que investiga todos mis movimientos, keep up the good work, Murray!)
Con los datos que habían dado (casi ninguno), decidí hacer una rápida búsqueda en Internet, como en las películas malas, a ver si lograba localizar la milagrosa agencia y averiguar sus malvados planes. Lo primero que hice fue meter su número de teléfono en Google y todas las entradas que salieron afirmaban que pertenecía a un local de recreativos del centro que llevaba años cerrado. La idea de que unos espíritus del más allá adictos a los arcades me ofrecieran cosas me resultaba poco probable, así que amplié la búsqueda un poco más hasta que finalmente me di por vencido cuando no encontré nada.

Pasadas las horas, estando yo ocupado con mis cosas de friki leyendo el New York Times, el teléfono sonó. Vi que era un número distinto al que había llamado antes, así que supuse que sería otra persona, pero no, eran ELLOS. O más bien ELLA. La conversación fue más o menos así:

Agencia Wifginstinnin: ¡Hola!, ¿eres Alejandro?
Yo: Sí, ¿Quién es?
A.W.: Llevamos días tratando de localizarte, soy Chari, de la Agencia Wifginstinnin.
Yo: Perdón, ¿de qué?
A.W.: De la Agencia Wifginstinnin.

Como me daba vergüenza preguntar una tercera vez, hice como si Wifginstinnin fuera una palabra real que usan los humanos. No era ese (creo, espero) el nombre que decía Chari, aunque sonaba a algo así.
Intrigado, me dejé llevar.

Yo: Y ¿qué quería?
A.W.: Verás, tu nombre está en nuestros archivos de candidatos idóneos para realizar un curso de informática avanzada que complementaría y ampliaría considerablemente los estudios de tu carrera, permitiéndote acceder a puestos de trabajo mucho mejor situados. Veo que has hecho filología. Nuestro curso sería perfecto para ti.
Yo: Perdona por la pregunta, pero ¿informática avanzada qué es?
A.W.: Ah, pues se te formaría en cosas como diseño gráfico, diseño industrial, dibujos técnicos digitales, Internet avanzado, y cosas así.

Lo de Internet avanzado no me lo he inventado.

Yo: [desconcertado, pero manteniendo el tipo] Ah, muy bien, pero sigo sin saber qué tiene que ver eso con filología.
A.W.: Es que hoy en día todo está muy informatizado.

Nada que discutir aquí.

A.W.: De todas formas tú puedes venir cuando quieras, nuestra oficina está en Marqués de Paradas, que nuestra directora te informará de todo y te orientará. Tú me dices cuándo te viene bien y te doy cita, ¿cuándo podrías venir?
Yo: Ah, no, no te preocupes, yo me acerco cuando pueda [NO].
A.W.: No, no, tú tienes que llamar antes. No puedes venir sin avisar. Toma, apunta mi número [lo dice] y me mandas un whatsapp cuando quieras que te de cita.
Yo: Ahá... Y, bueno, si es un curso, habrá que pagar matrícula, ¿no?
A.W.: ¡No! [ríe, ríe mucho] No tienes que pagar nada, no te preocupes, esto es un curso subvencionado por la Unión Europea y apoyado por la Junta de Andalucía, que conlleva asistir a clase dos horas a la semana y donde no hay ni exámenes ni trabajos ni nada. Tú solamente tienes que poner un aporte económico del 20%, que serían 1.000 euros, pero puedes pagar 20 ó 30 cuando vengas y pedirnos financiación. Eso es todo.
Yo: Estupendo.

Es el "estupendo" más irónico que he dicho en mi vida.

A.W.: ¡Perfecto!

Es el "¡perfecto!" más alegre que he escuchado jamás.

A.W.: Venga, pues quedamos en eso. Tú me mandas el mensaje, me dices tu nombre en él y yo pongo a punto el dossier que tenemos sobre ti para que tengas un trato personalizado cuando vengas.
Yo.: Espera un momento, ¿cómo has dicho que se llama la agencia?
A.W.: Wifginstinnin. Wif como en Agfsertogen, gins como en Ajandemorer y Tinnin como en Marbella. Todo junto. ¡Un saludo! ¡Te esperamos!
Yo: Venga, ¡hasta luego!

Colgué con una sonrisa.
Me gusta pensar que Chari sigue esperando mi whatsapp.

No hay comentarios:

Publicar un comentario